Tu adorable labrador debe ser un perro feliz y saludable, sin embargo es propenso a padecer ciertas enfermedades genéticas al igual que otros perros de raza pura. Puede sufrir de algunos problemas de salud debido a su tamaño, estructura o actividades que realiza. Comprar un cachorro a un criador de renombre podría ayudarte a evitar algunos de estos problemas.
Problemas comunes. La displasia de cadera y codo así como las malformaciones de las articulaciones, en ocasiones afectan a los Labradores. Con el tiempo la enfermedad degenerativa de las articulaciones provoca artritis precoz y cojera en el perro. La artritis general también afecta a la raza. Si tu perro se lame o permanece rígido al levantarse de una siesta, llévalo al veterinario para que lo examine y le recete algún medicamento en caso de necesitarlo. Los Labradores jóvenes pueden sufrir de Osteocondritis disecante más conocido como TOC. Esta enfermedad afecta el hueso debajo del cartílago de la articulación y se manifiesta en perros en crecimiento, por lo general antes de llegar a su primer año de vida. Mientras que los Labradores afectados pueden correr y jugar normalmente, la cojera empieza cuando terminan sus travesuras.
Enfermedades de los ojos. Al igual que sus dueños, los Labradores de mayor edad pueden sufrir de cataratas, no obstante los jóvenes pueden tener una inclinación hereditaria a padecer de cataratas juveniles. La cirugía puede corregir este problema. Esta raza también es propensa a la atrofia de retina progresiva que conduce a la ceguera total. Comienza cuando el perro es incapaz de ver por la noche avanzando hasta que pierde completamente la visión. Dado que esto afecta generalmente a los perros de mayor edad, es difícil detectar el problema en los cachorros.
Hinchazón. Al igual otros perros grandes, los Labradores son propensos a la hinchazón, formalmente conocido como conocido formalmente como torsión gástrica. Esta condición aparece de repente. Tu perro puede estar bien en un momento y con un dolor insoportable al siguiente. Puede caminar alrededor o tratar de vomitar sin resultado. Llévalo al veterinario de inmediato ya que sin una cirugía la situación es fatal. Para ayudar a prevenir la hinchazón, alimenta a tu mascota con varias porciones pequeñas de alimentos todos los días en lugar de darle una comida grande. Debes alimentarlo como mínimo una hora antes y después de concluido el entrenamiento. Si estás preocupado por la posibilidad de que tu perro tenga hinchazón, el veterinario puede realizarle una cirugía preventiva para rectificar la posición del estómago y evitar la torsión.
Lipomas. Si a tu Labrador mayor le comienzan a salir bultos en su cuerpo, llévalo al veterinario. Muchas veces estos bultos no son cáncer pero si tumores benignos llamados lipomas. Estos tumores de grasa pueden tener un mal aspecto pero por lo general no representan un riesgo para tu perro. Si el lipoma es tan grande que interfiere la capacidad de locomoción de tu mascota, el veterinario puede retirárselo, de lo contrario, a menos que los lipomas sean muy grandes, la mayoría aconseja simplemente dejarlos ahí. Algunos lipomas pueden incluso crecer después de ser retirados. Cada vez que a tu Labrador le salga una nueva masa, llévalo al veterinario para que puedas estar seguro de que es sólo un lipoma y no algo más serio.