Tu adorable Pug tiene más riesgos que otras razas si es sometido a una cirugía y requiere de anestesia. No debes preocuparte demasiado porque tu veterinario sabe que las razas braquicéfalas requieren de cuidados especiales cuando necesitan anestesia, incluyendo un monitoreo adicional.
Braquicéfalos. Las razas braquicéfalas como el Pug tienden a sufrir de problemas respiratorios debido a la forma de su cráneo y es por eso que son susceptibles a ciertos problemas cuando están bajo el efecto de la anestesia. Tu Pug tiene nariz corta con pequeños orificios nasales, esto significa que no puede tomar la misma cantidad de aire que un perro que no es braquicéfalo. Es probable que su paladar sea alargado y que el tejido se extienda hasta la garganta. El mayor riesgo para la anestesia se debe a que el Pug tiene tendencia a tener estenosis traqueal o estrechés de la tráquea. Algunas de estas condiciones conducen al síndrome braquicéfalo de la vía respiratoria. Antes de la cirugía el veterinario debe hacerle rayos x a tu mascota para determinar el estado de su tráquea.
Tubo de anestesia. Antes de insertar el tubo que contiene la anestesia, el veterinario le administrará oxígeno puro a tu Pug. El veterinario o el técnico utilizarán propofol u otro fármaco de corta duración para preoxigenar durante la intubación y deben realizarle el procedimiento tan pronto como sea posible a un perro braquicéfalo. Cuando la cirugía haya terminado el tubo debe quitarse cuando tu perro sea capaz de escupirlo y si el perro no es braquicéfalo se le retirará inmediatamente. El ritmo cardíaco de un perro braquicéfalo a menudo disminuye cuando está bajo el efecto de la anestesia, por lo que el veterinario tendrá medicamentos disponibles en caso de que necesite aumentar la frecuencia cardíaca.
Sedación. Estudios realizados plantean que muchos perros braquicéfalos responden bien a la acepromazina durante la preparación para la anestesia junto con un opiáceo. Advierten además que la dosis de sedante debe ser sólo la mitad de la utilizada en los animales que no son braquicéfalos. Otro sedante común, la dexmedetomidina, no debe ser administrado a un Pug porque puede disminuir su ritmo cardíaco, lo ques también fatal para estas razas.
Después de la cirugía. Una vez que tu Pug salga del quirófano todavía existen riesgos por la anestesia. Más del 50% de las muertes por la anestesia ocurren durante la recuperación, particularmente en los perros braquicéfalos. Una enfermera veterinaria debe permanecer con tu mascota hasta que el veterinario considere que es seguro que esté solo. Las enfermeras y los veterinarios deben monitorear regularmente a tu mascota para asegurarse de que se está recuperando de forma segura. Habla con el veterinario antes de la cirugía para que puedas saber de los cuidados que requerirá tu Pug cuando esté fuera de la sala de operaciones.