El Dálmata es posiblemente el perro más famoso si de sordera se trata. Al igual que en los seres humanos, la sordera en los perros puede ser por herencia o daños en los oídos. Los perros sordos son individuos con necesidades especiales y pueden llevar vidas plenas y normales si tienen un propietario preocupado, son entrenados con el lenguaje de señas y reciben muchos cuidados.
Canales auditivos bloqueados. Los canales auditivos bloqueados pueden provocar sordera debido al bloqueo o a una infección secundaria. Esta condición es más común en las razas que tienen los canales del oído estrechos y gruesos y pelos nervudos (Poodle y algunos perros de aguas). Cuando el cerumen, la suciedad, el pelo o un objeto extraño se aloja en el conducto auditivo, bloquea la capacidad del oído para escuchar y tu cachorro estará sordo hasta que retires aquello que lo está provocando. Pero los objetos extraños pueden herir el oído y los desechos pueden crear un hogar acogedor para que los microbios se reproduzcan. Las infecciones resultantes pueden destruir los nervios y otros tejidos causando la pérdida permanente de la audición. Un veterinario puede eliminar los residuos del oído y prescribir antibióticos o antifúngicos para tratar las infecciones.
Traumas y edad. Los perros de caza son propensos a la sordera debido a un trauma causado por ruidos, como por ejemplo, los disparos de escopetas cerca de sus oídos. Los perros policía y de rescate regularmente están expuestos a sirenas y otros ruidos fuertes, por lo que también pueden sufrir este daño. Los daños causados por ruido suelen ser acumulativos, como la sordera presbiacusia, que no es más que la pérdida de audición debido a la edad y un término general que se utiliza para la sordera que se desarrolla gradualmente durante la vida de un animal (o de una persona). La pérdida de audición relacionada con la edad puede estar relacionada con el trauma del ruido o como resultado de muchas pequeñas agresiones al oído interno durante toda la vida. También puede ser el resultado de problemas circulatorios en las células del sistema nervioso sensorial del oído que mueren cuando el suministro de sangre se desvía.
Sordera congénita. Algunas razas de perros son conocidas por padecer sordera. El Dálmata es posiblemente la raza de perro más propensa a la sordera, pero el Beagle, el Bull terrier, el Collie, los Perros pastores o un perro con un pelaje de varios colores (negro o marrón y blanco) o un pelaje merle (un color claro y tonos oscuros o un solo color), son susceptibles a la sordera hereditaria. Los ejemplares blancos de razas que por lo general tienen un pelaje oscuro también son propensos a la sordera. Aunque este no parece ser un gen asociado la sordera, más bien, la sordera es un efecto secundario de varios genotipos que controlan los pigmentos. Aunque la relación de los pigmentos de la piel con la sordera no está bien clara, hay quienes piensan que, si la piel en el oído interno no tiene pigmentación, las terminaciones nerviosas se atrofian y mueren en las primeras semanas de vida del cachorro provocando sordera. Los cachorros también pueden nacer sordos, lo que es más común en ejemplares blancos o merle.
Toxicidad por fármacos. La sordera súbita es un efecto secundario bastante raro causado por varios medicamentos. Los antibióticos aminoglucósidos pueden matar los pelos cocleares, que son los tejidos que permiten que el oído pueda percibir las vibraciones del aire en forma de sonido. La anestesia general también puede causar sordera. La razón no se entiende completamente, pero los médicos especulan que esto es el resultado de una caída repentina en la presión arterial que priva a los nervios del oído interno de oxígeno. Por último, algunos casos de pérdida de la audición están relacionados con el consumo de aspirina (uno de los pocos analgésicos humanos considerados seguros para los perros). Este tampoco está probado con exactitud, pero puede estar relacionado con la circulación. La pérdida de audición relacionada con la aspirina se suele clasificar como presbiacusia y es acumulativa. Toda la sordera relacionada con las drogas se considera permanente.