No importa la raza, todo perro puede ser entrenado para ser guardián. Si se quiere adiestrar a un cachorro para que sea un perro guardián lo mejor es buscar ayuda con un profesional en esta materia, sin embargo, si está decidido a hacerlo solo, siguiendo estos pasos se puede asegurar de que será bien entrenado.
- Socializar al cachorro con el medio ambiente para que se acostumbre al tráfico, las personas y otros animales. Se le debe enseñar a permanecer indiferente a otros animales no permitiéndole que persiga gatos o siga a una perra en celo.
- Enseñar la obediencia básica. Exigir la atención del perro al inicio de cada sesión de entrenamiento. Enseñarle los comandos verbales como; ven, siéntate y quieto y estos mismos comandos mediante las señales con las manos, también debe aprender los comandos automáticos tales como sentarse siempre que llega hasta donde te encuentras.
- Animarlo para que ladre cuando alguien se acerca a la casa. La mayoría de los perros ladran automáticamente a menos que se les enseñe a no hacerlo, cuando alguien se acerca a la casa y el perro ladra, decirle que es un buen chico y que puede parar ahora porque estás ahí y la persona es un amigo, de no ser un conocido, permitirle que siga ladrando y alabarlo por esto. Es importante entrenarlo para que deje de ladrar sólo cuando se le dé la orden de hacerlo.
- Entrenarlo para que no corra tras el intruso una vez que haya salido de la propiedad, para hacer esto hay que asegurarse de que el perro sabe dónde termina su territorio por lo que hay que pasearlo por todo el perímetro de la propiedad hasta que aprenda los límites.
- Adiestrar al perro para que ataque la ropa y no la piel expuesta, esto se puede hacer llevando la manga de la camisa hasta atrás y con la mano descubierta decirle «cógelo», no usar palabras como «mátalo» o «atácalo» y una vez que haya terminado decirle «suéltalo», retirar la boca del perro del brazo si no lo libera y llevar la manga hasta la mano nuevamente.
- Identificar las áreas del cuerpo de un intruso que el perro debe morder. Se quiere que muerda los extremos, preferentemente una pierna y luego que se aferre a la persona hasta que llegue la ayuda. En el último paso debe haber aprendido la orden de soltar o liberar, un buen perro guardián no liberará al intruso hasta que su dueño o un policía le dé la orden de hacerlo.