Los perros son tercos por las mismas razones que las personas. Algunos nacen testarudos, otros son líderes naturales y hay quienes no muestran interés por llevarse bien con los demás. Con paciencia y entrenamiento adecuado puedes incluso, hacer que el perro más terco pueda convertirse en un indispensable amigo y protector de su familia.
Razas testarudas. Algunas razas son más difíciles de entrenar que otras y si un perro no es entrenado correctamente puede ser agresivo, particularmente hacia otros perros. Entre las razas más pequeñas, el Chihuahua, el Perro salchicha, el Lhasa apso, el Pug y el Pinscher miniatura son considerados como los más testarudos. Todos los tipos de terriers, desde el Parson Russell hasta el Pit bull, son legendariamente testarudos así como todos los tipos de sabuesos. Entre las razas más grandes como los perros de trabajo y de protección, el Rottweiler, el Border collie, el Doberman pinscher, el Terranova y el Golden retriever pueden ser difíciles de entrenar.
Puede que no sea terquedad. Tu perro puede no ser terco sino que simplemente puede sentir que no tiene ninguna buena razón para hacer lo que le pides. Pregúntate que le impide a tu perro realizar una acción y ten a mano una valiosa recompensa. Por ejemplo, los terriers son criados para cazar y matar, no para recuperar. Si quieres jugar a la pelota con un terrier debes darle una razón para que te la devuelva.
Independencia. Algunos perros fueron criados para realizar tareas y necesitan un poco de elogio por parte de sus propietarios. Los perros de trineo, los sabuesos y los perros de pastoreo, por ejemplo, no pueden hacer su trabajo si anhelan la atención de su dueño. Además de los sabuesos y los terriers, la mayoría de los Huskies y los Spaniels entran en esta categoría. Siempre debes tener presente para que fue creado tu perro ya que entrenarlo para que no lo haga es posible pero requiere práctica, paciencia y tiempo extra.
Tal vez eres tú. Algunos perros, especialmente las razas de pastoreo como los collies y los pastores, son particularmente sensibles a las emociones de su dueño. Tu estado de ánimo puede afectar el comportamiento de tu perro y hacer más difícil su entrenamiento, por lo que si estás molesto puedes influir de forma negativa. Además, lo que percibes como dominancia en algunos perros puede ser una actuación prepotente para salirse con la suya, como cuando un niño prueba sus límites y como en estos casos un poco de disciplina puede ayudar.