Encontrar un perro que pueda llegar a querer a tu gato puede ser una tarea difícil pero no imposible. Tu gato es probable que necesite ser sobornado para que entre en razón, pero si eliges el cachorro correcto puede que llegue a disfrutar de una siesta en la tarde junto a la panza de tu nueva mascota.
Depredador vs presa. Al elegir un compañero para tu felino, debes buscar una raza con bajo instinto de presa. Algunos perros como el Husky siberiano y muchos terriers, tienen fuertes instintos depredadores. Para ellos la caza de animales pequeños es instintivo y el instinto es difícil de resistir. Desarrollados a través de la selección para eliminar las ratas y otras alimañas de las propiedades, un Parson Russell terrier (antes llamado Jack Russell) puede pensar que tu gato no es más que otro roedor para capturar y matar. Las razas de pastoreo como el Border collie pueden pensar que el gato necesita ser arreado con regularidad. Los Spaniel y los Retrievers sin embargo, están diseñados para acatar las formas de vida de sus seres humanos y seguir rastros en lugar de jugar por lo que no le importará el gato. El Cavalier King Charles Spaniel, por su parte, suele tener una naturaleza dulce y muchos prefieren acurrucarse que asediar a una presa.
Puntos para reflexionar. Lo mejor es conocer bien cuáles son los perros que se adaptan bien a vivir con un gato. Si quieres un cachorro así, el Chihuahua, el Maltés, el Shih tzu y el Bichon frisé son perros pequeños que son amigables con los gatos. Si lo que quieres es un cachorro con más libras, el Labrador retriever, el Bóxer y el Golden retriever son bien conocidos por su capacidad de formación y naturaleza tranquila. Otras consideraciones incluyen el tiempo que tienes para asear a tu cachorro, si se trata de minutos por semana, debes obviar el Maltés y el Golden retriever. Si pasas mucho tiempo practicando yoga y luego realizar largas caminatas enérgicas después del trabajo, el Labrador retriever y el Chihuahua ganarán un lugar en tu corazón.
Edades y Etapas. El mejor escenario sería introducir un cachorro pequeño con un gatico. Esto sería lo mejor porque puedes criarlos como si en realidad fueran hermanos. Si tienes un gato adulto que es amable y tiene un buen sentido del humor, puede enseñarle a un cachorro sus modales de gato con unas palmadas sobre su dura cabeza. No obstante, las garras pueden herir los ojos y la nariz de tu cachorro, por lo que será necesario separar a tu gato si está demasiado ansioso por ayudar a educar al cachorro. Si tienes el anhelo de rescatar a un perro adulto de un refugio, tu trabajo está a medio hacer si encuentras uno que haya convivido amigablemente con un gato.
Consejos para el encuentro y el saludo. Lleva a tu nuevo cachorro al hogar cuando tengas el tiempo suficiente para supervisar su introducción, así disminuirás su nivel de estrés. Incluso un perro pequeño puede matar a tu gato y uno joven o Toy puede necesitar protección contra este. Elabora un esquema para seguir de cerca cada encuentro hasta que estés seguro de que ninguno va a lastimar al otro. Inmediatamente debes separarlos y colocarlos en habitaciones separadas para evitar agresiones y fomentar un comportamiento aceptable dándoles muchas golosinas para convencerlos de que la convivencia no es tan mala.