Anuque pudiera pensarse que es el Toy del mundo de los Collie, el Sheltie es en realidad una raza diferente. Proveniente de las Islas Shetland, el Sheltie puede mostrar problemas de comportamiento cuando no tiene una vida de pastoreo o enfocada a otras actividades que le ayuden a gastar esa gran cantidad de energía que lo caracteriza.
Shelties tímidos. El Sheltie tiene una personalidad natural reservada que en algunos ejemplares puede transformarse en timidez debilitante. Es difícil interactuar con un miembro de la familia que ni siquiera se acerca lo suficiente para darle una palmadita en la cabeza. Normalmente la timidez de un Sheltie es en respuesta a los extraños, pero algunos son tan tímidos que se agachan y esquivan incluso cuando alguien que conocen se acerca para acariciarlos.
Ladradores. Al ser criado para trabajar y proteger a la manada, el Sheltie naturalmente quiere anunciar cuando se acerca algo malo. Es por naturaleza desconfiado con los extraños y podría tender a desencadenar la alarma más a menudo que un detector de humo que funciona mal. Cualquier cosa o persona del vecindario que de un paseo por la acera o las personas que hacen entregas y otros perros, pueden provocar que tu Sheltie comience a ladrar sin control.
Pequeños mordedores. Las características de un perro de pastoreo pueden convertirse en un problema cuando no tienen algo para pastorear. Si tu Sheltie tuviera un rebaño de ovejas que atender, estaría conduciéndolo y manteniéndolo en línea mientras le mordisqueaba los talones. Así que puedes encontrar a tu mascota persiguiendo y mordiendo cualquier cosa que se mueva, incluyendo los niños, el gato y hasta a ti mientras barres la cocina.
Perro de pastoreo hiperactivo. Los perros de trabajo altamente inteligentes como el Sheltie deben estar ocupados para evitar que se aburran. Un Sheltie aburrido puede llegar a ser hiperactivo, mostrar un comportamiento incorrecto como carreras continuas de un lado a otro, saltos, giros y ladridos, una acción tan común que se conoce como giro del Sheltie.
Soluciones. Las buenas noticias sobre los problemas de conducta es que pueden ser modificados e incluso eliminados si tienes tiempo para trabajar con tu Sheltie. Llevar a tu pequeña mascota a una clase de entrenamiento de obediencia puede ayudarle con muchos problemas de conducta. La socialización en la clase le ayuda a superar la timidez, el entrenamiento de obediencia le ayuda a controlar los ladridos y las mordidas y el aprendizaje de los comandos lo mantiene estimulado intelectualmente. Una vez que tu Sheltie haya superado con éxito la clase de obediencia, considera la posibilidad de continuar su formación con una clase avanzada de agilidad o incluso de rastreo para alimentar su necesidad de corte intelectual.