Sabes que tu perro fue vacunado contra la tos de las perreras, pero está mostrando síntomas similares a esa infección. ¿Es esto posible? De hecho, es posible que tu perro muestre signos de tos de las perreras e incluso que la adquiera aunque esté vacunado.
Tos de las perreras y las vacunas disponibles. La tos de las perreras es una infección respiratoria canina altamente contagiosa que ataca la tráquea y los bronquios, esta es causada por un virus (adenovirus, virus de la parainfluenza, virus del moquillo canino) o bacteria (Bordetella bronchiseptica). Los síntomas generalmente incluyen los típicos de una infección del tracto respiratorio superior como pueden ser ojos rojos e irritados, secreción nasal y estornudos. Sin embargo, el síntoma principal es una tos seca que a menudo suena como un graznido y seguido ocasionalmente por arcadas. Si tu perro tiene contacto regular con una gran cantidad de perros, el veterinario puede recomendarte una vacuna para la tos de las perreras (o Bordetella) que hay disponible en forma de inyección o la más eficaz que es intranasal (en otras palabras, se rocía en la nariz). Ver además; 21 remedios caseros para tratar la tos de la perrera en los perros.
Cuando preocuparse. Si tu perro fue vacunado recientemente contra la tos de las perreras y está mostrando síntomas de resfriado o tos, es posible que esté experimentando algunos efectos secundarios de la vacuna. No es raro que un perro tenga estornudos leves, ojos llorosos y la nariz mocosa después de recibir la vacuna, sobre todo si fue una vacuna intranasal. Algunos perros pueden incluso, mostrar tos leve varios días después de la vacunación con una duración de hasta dos semanas.
Por otro lado, si tu perro recibió la vacuna hace bastante tiempo y está mostrando síntomas, es posible que tenga la tos de las perreras. La vacuna contra la Bordetella por lo general, tiene un tiempo de duración máximo de un año. Si la vacuna dejó de tener efecto y tu perro estuvo expuesto a la infección, puede ser que haya contraído la enfermedad.
Una huelga sigilosa. Siempre existe la posibilidad de que tu perro esté infectado en el momento en que es vacunado sin haber mostrado síntomas de la enfermedad. La tos de las perreras puede tardar de tres a 10 días en aparecer, por lo que si tu perro estaba infectado antes de ser vacunado, la vacuna no surte efecto. Otra posibilidad a considerar es que tu perro haya contraído la infección después de haber recibido la vacuna ya que la vacuna no había generado aun la inmunidad protectora. La inmunidad con la vacuna intranasal tarda generalmente de tres a cinco días en hacer efecto, por lo que si tu perro entró en contacto con la infección durante ese período de tiempo, es posible que tenga tos de las perreras.
El problema con los patógenos. Las vacunas contra las enfermedades respiratorias contagiosas como la tos de las perreras, no son consideradas completamente eficaces para prevenir la infección. Esto es porque los patógenos responsables están constantemente mutando y cambiando. Al igual que la vacuna contra la gripe humana, la vacuna contra la tos de las perreras protege al individuo sólo de las cepas actualmente reconocidas y no puede hacerle frente a las nuevas cepas que han aparecido recientemente. Así que si tu perro se expuso a una cepa que no era parte de la vacuna que recibió, puede muy bien estar infectado.
El problema con las personas. Los veterinarios son personas y aunque no es común, pueden cometer errores. Si una vacuna no se almacena correctamente, si su fecha de caducidad pasó o si fue preparada antes de tiempo, es posible que no sea eficaz y tu perro estará vulnerable a la infección. La forma de vacunación también es importante. Si el veterinario inyecta a tu perro con una vacuna intranasal o por el contrario, rocía una vacuna inyectable en su nariz, es posible que no lo haya protegido adecuadamente y que por eso tu mascota tenga la tos de las perreras.
Las malas noticias y lo bueno. La mala noticia es que, incluso cuando se toman precauciones, muchos perros adquieren la tos de las perreras en algún momento. Si tu mascota es muy vieja, muy joven o está esperando una camada, los síntomas pueden ser más graves y tener complicaciones como una neumonía. Para estar seguro lo mejor es que lleves a tu perro al veterinario si sospechas que tiene la tos de las perreras, sin importar su edad o condición. También querrás que el veterinario diga si es la tos de las perreras u otra cosa más grave la que está causando los síntomas.
La buena noticia es que la mayoría de las veces la infección no es tan mala como parece por el sonido de los graznidos, al igual que pasa con el resfriado común en los seres humanos. A menudo no hay necesidad de usar antibióticos, aunque el veterinario puede prescribir un antiinflamatorio para calmar la tos de tu perro y que esté más cómodo. En poco tiempo será la misma mascota de siempre.