Si tu perro está haciendo algo que realmente te desagrada, como comerse las heces de la caja de arena de tu gato y estás preocupado por el hecho de que pueda contraer una enfermedad. Este es un temor real ya que hay varias enfermedades que pueden transmitirse por las heces de un gato enfermo.
Nemátodos. Los perros son más propensos que los gatos a muchos de los gusanos que infectan a los animales de compañía. Sin embargo, un gusano intestinal que infecta a gatos y perros por igual, son los nemátodos. Estas pequeñas criaturas son responsables de enfermar a su huésped. Si un gato tiene nemátodos , arrojará los huevos de las lombrices cuando defeca. La cáscara del huevo de la lombriz es dura y protectora, por lo que es lo suficientemente resistente como para sobrevivir fuera de un huésped por años. Si un perro se come los huevos de la lombriz, podría convertirse en un huésped. Otra forma en la que los huevos pueden entrar en el cuerpo de un perro es a través del suelo. Como los gatos de exteriores entierran sus heces en el suelo, si un perro camina a través de esos lugares que están contaminados y luego lame sus patas, podría infectarse.
Otros gusanos. Otros gusanos que se pueden transmitir a través de las heces de un gato incluyen los anquilostomas y los tricocéfalos. Estos gusanos no se ven en los gatos con tanta frecuencia como en los perros, pero los gatos infestados pueden derramar las larvas a través de las heces. Los anquilostomas pueden propagarse a través de la piel, por lo que si a tu perro, como a tantos otros, le gusta estar tocando las heces de los gatos, podrían adquirir las lombrices o los huevos y darles acceso a su cuerpo a través de la piel. Los tricocéfalos, llamados así debido a la forma en que aparecen bajo el microscopio, se transmiten a través de la ingestión. Un perro que come caca de gato infectado o camina por una zona infectada y luego lame sus patas, puede convertirse en el próximo anfitrión de los tricocéfalos. Los nemátodos, los anquilostomas y los tricocéfalos, pueden erradicarse fácilmente con medicamentos antiparasitarios.
Toxoplasmosis. La toxoplasmosis es un problema global y muy común que se adquiere por la ingesta de carne cruda proveniente de un animal que estaba infectado. La composición química de los gatos les permite ser hospedadores la de toxoplasmosis y que se desarrolle en su interior. Los perros pueden llegar a ser anfitriones pero el parásito no puede reproducirse en su cuerpo. Los gatos pueden arrojar los huevos en sus heces y si un perro entra en contacto con estas, también puede infectarse. Los huevos eclosionan y pueden ocasionar fiebre y debilidad en los perros infestados. Afortunadamente, aunque la toxoplasmosis es muy común en los perros y los gatos, por lo general no suele causar ningún daño.
Giardia. Otro protozoario molesto es la Giardia. Este organismo causa diarrea y puede enfermar considerablemente a los perros y los gatos. La Giardia es arrojada a través de las heces en forma de quistes. Si tu perro consume materia fecal contaminada, tiene grandes probabilidades de infectarse, aunque un simple olfateo puede causar problemas. Si tu mascota olfatea heces infestadas, los quistes se alojarán en su nariz donde permanecerán hasta que con un lamido, pasen al sistema intestinal de tu perro donde causarán estragos y vivirán una buena y larga vida. La Giardia es generalmente fácil de tratar con medicamentos y representa un grave riesgo sólo para los animales de edad avanzada y las personas con sistemas inmunes deprimidos.