Los perros de la raza San Bernardo son animales suaves y mimosos, conocidos por su lealtad y resistencia. A lo largo de la historia, el San Bernardo ha servido en las operaciones de búsqueda y rescate, especialmente en las zonas frías. Una figura icónica de la raza es el pequeño barril que llevan colgando alrededor del cuello, tanto que cuando imaginamos a uno, la primera imagen viene seguramente con su característico collar. Sin embargo el hecho es que este aditamento nunca fue parte del equipo oficial del perro en sus misiones de rescate.
El mito. Según el sitio web Mental Floss, el San Bernardo nunca llevó barriles alrededor de su cuello, este sitio plantea que la imagen popular es un mito. El origen del mito proviene de una pintura de 1820 del artista inglés Edwin Landseer. La pieza, «Mastín Alpino reanimando a un angustiado viajero,» muestra a un San Bernardo llevando un pequeño barril alrededor de su cuello mientras trabaja para rescatar a un hombre atrapado en la nieve. Algo en la pintura debe haber sido muy inspirador porque la leyenda se prendió fuertenemte y comenzó a difundirse por todo el mundo.
Qué hay dentro del barril. Si todavía quieres saber lo que estaba dentro del barril, aquí está: se suponía que era aguardiente. A medida que creció el mito, la historia se extendió y algunos pensaron que el brandy debía ayudar mejor a calentar la gente cuando fueran encontradas por los perros. Por desgracia, el brandy es una mala elección si estás atascado en climas fríos, como el alcohol, dilata los vasos sanguíneos, haciendo que la temperatura del cuerpo caiga en lugar de aumentar.
La verdad detrás de la leyenda. Una pequeña parte del mito es verdad: los perros San Bernardos fueron criados para ayudar en los rescates de montaña. Así que la imagen de dos enormes perros ayudando a un hombre herido en la nieve está muy cerca de la realidad. La raza se originó en el paso del gran Saint Bernard, un área en las montañas de los Alpes de donde heredó su nombre. Allí, un grupo de monjes que vivían en un monasterio criaron y entrenaron un perro recubierto de un pelaje ideal para caminatas en las nieve y con la fortaleza suficiente como para ayudar a los viajeros en la montaña cuando se encontraran en problemas.
La parte cómica de la historia. El gran hospicio y monasterio Saint Bernard, donde los perros fueron criados originalmente, fue construido en el siglo XI y sigue en pie. Hoy en día, los visitantes son bienvenidos a pasar la noche, cenar o visitar la capilla y Museo. Para aquellos que quieren llevarse a casa un recuerdo de su viaje, la tienda de regalos del monasterio ofrece collares de perro con barriles conectados a ellos.