Lindo y tenaz, un Yorkie puede ser un animal domésticos leal y cariñoso que hace pucheros. Es tentador pensar que va a estar bien con un gato dada su similitud en tamaño, pero eso no es siempre será así. Todo depende de la socialización de ambos animales. Si todo va bien puedes incluso animarlos para que se acaricien.
Conociendo a un Yorkie. Si estás buscando un perro Toy lleno de personalidad, no busques más, el Yorkshire terrier es la raza correcta. Los Yorkies, como algunos les llaman, son apreciados por su bravura y determinación así como su naturaleza enérgica e instinto de exploración. Esta raza de pequeña estatura se cree que tiene un mayor tamaño. Si es socializado adecuadamente, un Yorkie puede llevarse bien con un gato. Si dejas que te salte encima de una manera inaceptable, su ego puede convertirse en un problema. A este comportamiento, tan común en esta raza, medio en broma se le llama Síndrome del Perro Grande y puede ser la perdición de la existencia del gato si no es controlada tiempo.
Pasado y presente. Esta máxima es bien trillada pero cierta: El comportamiento pasado es el mejor indicador del comportamiento futuro de un perro. Si estás adoptando un Yorkie, aprende lo más que puedas acerca de su comportamiento anterior. ¿Vivió en una casa con niños? ¿Otros perros? ¿Gatos? Pregunta al personal del refugio o al criador si puedes llevarlo a los lugares que haya gatos. Es probable que sea una situación de estrés mayor que la que tendrá en tu casa pero podrás ver su reacción. Si ya tienes un Yorkie en casa debes observar su comportamiento. Si se comporta correctamente, con un poco de entrenamiento puedes introducir un gato en tu casa.
Presentaciones. Estudios realizados han demostrado que para que haya armonía entre gatos y perros: el gato debe ser el primero en llevarse a la casa y tener preferiblemente menos de 6 meses de edad y a continuación introducir al perro que tenga menos de un año de edad. Si esto no es posible todavía puedes promover la paz entre tu Yorkie y tu gato. Las presentaciones son claves, especialmente desde la perspectiva felina. Utiliza puertas para bebé para confinar al perro en una o dos habitaciones con las que el gato ya esté familiarizado pero siempre ponle al primero una correa. Esto le permite al gato acercarse al perro en sus propios términos, aliviado porque conoce las vías de evacuación. Si está trayendo un gato a tu hogar y ya tienes un Yorkie, confina primero al gato y luego invierte el aislamiento.
La construcción de relaciones. Limita la duración de los juegos entre tu Yorkie y tu gato desde el comienzo. Amplia el espacio y el tiempo de las visitas antes de dejarlos transitar solos por toda la casa. El afecto, las golosinas y los juguetes son una gran herramienta de refuerzo positivo. El adiestramiento con un clicker es otro buen método. Puedes tratar de alimentarlos en lugares cercanos pero debes tener en cuenta que los perros a menudo tratan de robar el rico alimento de los gatos. Si tu Yorkie ladra, muerde ose lanza sobre el gato, dile firmemente “no” y “siéntate” en ese orden. Disciplinar a un gato no es una buena idea ya que las asociaciones negativas son más difíciles de romper, así que asegúrate de recortarle las garras regularmente para evitar un desagradable rasguño en tu perro. El objetivo es que se quieran y se respeten de manera pacífica.